16. "EN QUÉ SE PARECEN UN DOCENTE Y UN DIRECTOR DE ORQUESTA"

 Coucou! 😉

"¿En qué se parecen un profesor y un director de orquesta?": el título de un artículo que me ha dado mucho que reflexionar... 

Hace poco, mis compañeros y yo, leímos un artículo de El País: "¿En qué se parecen un profesor y un director de orquesta?", publicado el 18 de febrero de 2013 por Carlos Arroyo,  profesor, redactor de dicho periódico y director del Instituto Universitario de Posgrado. Sus investigaciones sobre la figura del docente actual, un docente "vacío", son los cimientos de este artículo del que os voy a hablar. 

Lo primero que me ha llamado la atención es el sentido metafórico de representar al docente como un director de orquesta. ¡Por fin un artículo periodístico con imaginación y no sobre algún triste suceso! Yo, como futura docente, he pensado que me iba a ser útil. Al leerlo, me he dado cuenta de que se puede aplicar a la vida en general, a cualquier tipo de trabajo. Lo que hagas, hazlo con pasión, aunque sé que parece algo imposible en la cultura del estrés. 

                  

 


Arroyo introduce la metáfora del director de orquesta para inspirar, para liberar al docente de ese desgaste continuo al tratar de despertar la curiosidad de unos alumnos que sólo muestran indiferencia. En otras palabras, enseñar, en el sentido más amplio de la palabra, a quienes hacen todo lo posible por no dejarse enseñar. Para ello, pone de ejemplo a Daniel Baremboin, eminente pianista y director de orquesta nacido en Buenos Aires. Él mismo afirma "el director de orquesta es el único músico sobre el escenario que no tiene contacto físico con ningún instrumento. Por lo tanto, tiene que sacar lo mejor de sí mismo sacando lo mejor de los músicos que tiene delante". 


Bonitas palabras, Baremboim. Y ¿qué hay del docente? También inspira. En este caso hablo de un docente vocacional, no vacío. El pensamiento de este último sería algo como "Yo ya hago mi trabajo. Y si no quieren aprender, allá ellos." A este docente le falta pasión. Lo que ve es el reflejo de lo que transmite. De la misma forma que el director de orquesta, un docente ejemplar despierta curiosidad, no llega a clase a decir lo mucho que sabe, sino a enseñar; trabaja con personas, no con máquinas, por lo que saca lo mejor de cada alumno; no asocia sólo el aprendizaje a los conocimientos, también al crecimiento personal. Si el arma del director de orquesta es la batuta, ¿cuál es la del docente? Las ganas de enseñar.

Algunos podéis pensar que esto suena muy bonito y es muy fácil decirlo. Pero yo sí que me he encontrado con docentes de este tipo, cuyos alumnos van con ilusión a clase. Al menos a mí me parece contagioso... 

En resumen: un buen docente inspira. 

Si queréis leer el artículo de Carlos Arroyo, aquí tenéis el enlace: https://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/02/en-que-se-parecen-un-profesor-y-un-director-de-orquesta.html 




Comentarios

  1. Como bien dices, el docente tiene que sacar lo mejor de cada alumno al igual que el director de orquesta saca lo mejor de cada músico. El regalo más grande es cuando encuentras a tus alumnos años más tarde y te dicen que fuiste su inspiración para elegir su carrera.
    Me ha encantado tú comentario sobre el artículo de Arroyo

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  2. Qué interesante reflexión. No puedo estar más de acuerdo. Un docente con vocación se preocupa porque sus alumnos crezcan como personas, y no hay mejor salario que la satisfacción de verlo conseguido.

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  3. Completamente de acuerdo! Se nota mucho en clase cuándo un profesor tiene ganas de enseñar, también da ganas de aprender a los alumnos. Muy interesante reflexión! toda la razón del mundo👏🏼

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  4. Ese es el auténtico profesor con vocación, el que despierta en sus alumnos el interés por aprender, escuchar, crecer cada día más como personas.El que motiva a los alumnos es el buen profesor

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    1. Sí, la vocación es importante, pero que no sirva de excusa para dejar de formarse 😉

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  5. Genial tu entrada, estoy de acuerdo en todo. Recuerdo profesores magníficos que he disfrutado a lo largo de mi vida académica y puedo decir que de ellos destaco su pasión. Esa pasión que te trasmitían, que te contagiaban y que no deja de acompañarte ya nunca. Yo soy de Ciencias y siempre recuerdo a mi profesora de Literatura de BUP. Apunto estuve de dejar las Ciencias y dedicarme a la Literatura, jeje.

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    1. Dad por corregido el "a punto", por favor, que ha sido el corrector y no me di cuenta. Me da mucha pereza borrar y reescribir, no dejo de ser de Ciencias ....

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    2. Ni te preocupes, gracias por tu comentario sincero e interesante 😄

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  6. Yo siempre recuerdo a Sor Laudelina. Tenaz y muy motivadora. Y no levantaba metro y medio del suelo. Aprendimos tanto con ella. Ruedas de alumnas alrededor de la clase. Preguntaba los tiempos verbales. Sí en tres segundos no contestabas, te sentadas. Sí Tú respuesta verá correcta, avanzadas posiciones. No lo olvidaré nunca

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    1. Qué bien que mi entrada te haya traído buenos recuerdos. Tu comentario me sirve para ver que hace años, aunque la educación era tirando a "tradicional", también era motivadora 😇

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  7. Una entrada con imaginación y esfuerzo. Sin duda, el docente ha de ser vocacional, pero también son importantes otras cosas, como la formación continua, aunque claro, si tienes vocación, se supone que todo lo demás va de la mano. 😉

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    1. Sí, se entiende que un docente "vocacional" es un docente "completo", competente, que busca seguir formándose toda su vida y se compromete con todo lo que puede beneficiarle, tanto a él, como a sus alumnos, como al centro en el que da clases. 😇

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    2. Ser como un director de orquesta está muy bien donde todo el mundo siga el compás,lo difícil es ser director de orquesta cuando cada alumno tiene una partitura partituras distinta y el profe está supeditado a los ratios del centro.

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    3. Claro, pero para eso también tiene que conocer a quien tiene delante, aunque a veces sea difícil por el número de alumnos por aula y el tiempo limitado...

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