11. PARTICIPACIÓN ESCOLAR

Re-bonjour à tous! 😴

Seguimos con nuestro viaje educativo, esta vez para conocer mi reflexión personal sobre el Estado de la Cuestión en materia de "participación escolar". Parece que la escuela pertenece sólo al equipo directivo y los docentes. Sin embargo, para que haya avances en lo que puede cambiar la sociedad: la educación, es necesario el compromiso de, entre otros, los alumnos y padres. La educación es un concepto muy amplio, y debe llegar al mayor número posible de ciudadanos. El inconveniente es que vivimos en una cultura del conformismo y de la comodidad. No queremos salir de nuestro cascarón porque salir implica reaccionar al mundo exterior. Y no hemos sido preparados para eso. ¿Por qué? Porque la educación recibida hasta ahora depende de un sistema educativo basado en la relación superioridad - inferioridad, en obedecer. Y esto ha dado lugar a una carencia de espíritu emprendedor. 

Lo que ocurre, a mi parecer, es que hay una desmotivación general y sobre todo por parte del alumnado, porque se les ha quitado el derecho a la voz y el voto. Se les da la oportunidad de ser representantes de alumnos, pero no se tienen en cuenta sus decisiones. Además a veces son sancionados por tener que asistir a reuniones en las que es objeto la innovación académica. "Escuela inclusiva" también significa atender a las reflexiones y opiniones de todos los miembros de la comunidad educativa y, por extensión, a todos los ciudadanos. Pero estos alumnos han crecido de la mano de unos docentes que apenas tienen experiencia, no disponen de los recursos necesarios para promover la participación escolar y si son uno de los referentes que más influyen en la personalidad de su público, lo más probable es que este público carezca también de una iniciativa emprendedora centrada en esta fábrica de individuos - pensantes o no - como es la escuela.  

¿Qué soluciones hay para cambiar este pensamiento de conformismo? Una de ellas parecía tener éxito gracias a la LODE: Ley Orgánica de Educación de 1985, en la que se introdujo un modelo participativo para los docentes, que se vieron ante un florecimiento de actividades y, por ello, la conciencia de que su función es polifacética. No es sólo dar clase, también interesarse por la vida de su lugar de trabajo. Esta ley no tuvo éxito, porque, como suele pasar, proponía pero no facilitaba. Y esto dio lugar a que los docentes se refugiaran de nuevo en su cascarón y su única misión fuera enseñar lo mejor posible a los alumnos para que sacaran las mejores notas. En el futuro, estos alumnos crecieron, algunos se hicieron docentes y a tropezar otra vez con la misma piedra. 

Dejémonos de leyes y vayamos al grano. Uno de los secretos para impulsar la participación escolar sería una mayor flexibilidad para facilitar a los alumnos, y en especial a los delegados, la asistencia a las reuniones del centro y antes de esto, organizar talleres de sensibilización sobre los beneficios de involucrarse en las tareas educativas en las horas de tutoría. Dado que los docentes también forman parte de este proyecto educativo, la orientación y los recursos pedagógicos son indispensables para trabajar la participación en el aula. Esto es eficiente siempre y cuando la teoría se aplique a la práctica, es decir, que se lleven a cabo actividades en las que se desarrollen los procedimientos adquiridos. De la práctica, cada individuo experimentará una vivencia personal y constructiva que le anime a seguir participando en la vida escolar. 

También pienso que es necesario dar publicidad a la participación educativa para que sea visto como algo atractivo y no como una carga más "quita tiempos". Deberían darse a conocer los temas a tratar, los procedimientos, los materiales necesarios y calendarios para facilitar la comunicación entre los miembros de la comunidad educativa. Organización ante todo. Y sin olvidar a los procedimientos que permitan a las entidades educativas transmitir su valoración y las propuestas que tienen que ver con el funcionamiento del centro.       

Y, ¿qué hay de los padres? También son el principal referente en la trayectoria académica de sus hijos, por lo que su participación es imprescindible para crear una escuela sana. Y ¿cuál es el nombre de esta asociación de padres y madres? AMPA, que participa en la organización de actividades y colabora de forma activa con el centro. Para conseguir que las familias se involucren en la educación de sus hijos, el instituto debe facilitarles el acceso, por ejemplo, estableciendo unos vínculos más estrechos con los centros educativos. Y para eso es necesario que las familias puedan saber de forma transparente dónde estudian sus hijos y qué hacen. Muchos padres están dedicando una gran parte de su tiempo libre de forma voluntaria. Y su granito de arena también cuenta para una participación activa.

¡Hasta pronto! 💗